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Como parece que no tiene pinta de que salgamos a corto plazo de este jardín, os invito a hacer un ejercicio de osadía y ver algunas de las cosas buenas que nos está trayendo «La Crisis». Sí, sí, las cosas buenas. Pienso que estamos en un momento perfecto para hacer uso del poder y la capacidad que todos y cada uno de nosotros tenemos para controlar nuestras vidas. Así que hazlo, saca las enseñanzas que te trae esta situación y centra tu energía en lograr tus objetivos. Te sonará demasiado optimista/ingenuo, pero ¿y si esta dura crisis que estamos viviendo es un paso necesario hacia una sociedad mejor, hacia una vida mejor?

Intenta apartar la cortina de mala leche que te generan los distinguidos políticos que nos ¿representan? y verás que están ocurriendo cosas buenas por el camino. Por ejemplo, el llamado movimiento 15-M, no la plataforma ni las personas concretas, sino el movimiento en sí. Personas tan distintas en las formas (no son sólo «perroflautas» por más que alguna iluminada insista) unidas por el fondo, por un objetivo común. Ha tenido que rebosar el vaso para unir a gran parte de la sociedad, para salir a la calle, reventar las redes sociales y gritarles «¡Basta ya!». Y no sólo en nuestro país, sino que está siendo un grito a nivel internacional, posiblemente el inicio de un cambio. Una muestra de que la juventud actual no es tan acomodada como muchos se han empeñado en mostrar.

Antes éramos conscientes de que esta cuadrilla de corruptos y mangantes nos robaban, pero como nos daba para irnos a Benidorm de vacaciones y comer fuera el domingo, nos amparábamos en el «yoesque» y no hacíamos nada. Al menos juntos. Pero la situación se ha ido tan de las manos; las ansias de poder, de riqueza les han podido tanto que esto ha reventado y, gracias a esta crisis, creo que la gente ya no está dispuesta a aguantar y a callarse. Antes vivíamos en la burbuja de «mientras no me toque de cerca», pero esta burbuja, como la inmobiliaria, ha reventado y nos está tocando a todos. A muchas familias les están recortando, pero por encima de los hombros. 

Sin embargo, empiezo a ver la luz, el lado bueno de la crisis. Las personas nos estamos uniendo y pronunciando pero, sobre todo, estamos cambiando por dentro, que es la única forma de que el mundo cambie por fuera. Hoy ya no le ríes la gracia a tu amigo el fontanero que defrauda 100.000€/año, el mismo que lo hacía en 2006 y en 1999 y parecía el héroe del barrio, el más listo. Hoy, gracias a la bendita crisis sabes que ese gesto de tu amigo el fontanero lo pagas con tu ERE, con la paga extra de tu marido, con los medicamentos de tu madre, con la ayuda que ya no recibe tu hijo en casa… y ya no te parece tan héroe sino un sinvergüenza.

Otro aspecto positivo que saco de esta situación es que a medida que hay más gente apurada y sufriendo, se multiplican los gestos solidarios. Suele decirse que es en los momentos duros cuando se ve a un amigo de verdad. Ahora, gracias a que nos hemos visto abocados a esta profunda crisis, también hemos tenido la suerte de ver la mejor cara de personas que igual no valorábamos todo lo que eran. Es posible que hayas perdido un empleo, pero igual esto te ha llevado a encontrar el lado más humano de un amigo, a recuperar un lazo familiar o a descubrir a alguien especial. Y eso no se paga con dinero.

Ojalá se confirme mi teoría y esta decadencia económica que estamos viviendo nos lleve a dar valor a los aspectos realmente importantes de la vida. Que ese valor que pierde el euro español lo estén ganando la solidaridad frente al egoísmo, la justicia social frente a la explotación y diferencias de trato, la colaboración frente a la competencia y, sobre todo, la conciencia colectiva frente a la búsqueda del bien individual que, al final, es el mal común. Salud!