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Curiosa pregunta para hacer al cobijo de un ‘blog’ alojado en una ‘web’ de publicación de ‘contenidos 2.0’ que has conocido vía ‘Twitter’ o ‘Facebook’. Y es que puede sonar irónico que pida desde un ‘blog’ una pausa para pensar si nuestro ‘YO 2.0’ está empobreciendo nuestra vida de siempre, nuestra ‘vida 1.0’.
Creo firmemente que ambos mundos son compatibles siempre que se tome con moderación. Así que esta reflexión no es un grito en contra de las ‘Redes Sociales’, del auge del ‘Social Media’, de la ‘web 2.0’, etc. Es más, gracias a los avances en telecomunicaciones, podemos compartir nuestro trabajo y reflexiones con más personas de las que jamás hubiésemos soñado. Lo que ahora se conoce como transmitir un mensaje de ‘fomal viral’ (expresión casi tan de moda como la ‘prima de riesgo’).
Hay quien todavía es muy reticente a embarcarse en este mundo, pero por lo general, todos acabamos subiéndonos al carro del ‘2.0’. Tener un perfil en Facebook es prácticamente necesario. «Si no estás en Facebook no existes», lo escuché por primera vez en Los Ángeles cuando terminaba allí mi proyecto de ingeniería, allá por 2005. Hoy esa frase suena, cuando menos, comprensible; y según en qué contexto, una auténtica realidad.
Pero hace ya tiempo que se han sobrepasado las fronteras de las ‘Redes Sociales’ al uso. Ahora tienes una cuenta para colgar tus fotos con ‘geolocalización’ y así tener al día a tus «amigos» de la red. Una mañana cualquiera en 2012, ni has puesto el pie en el suelo al despertar y ya has visto la alerta del ‘Twitter’ con el último rumor de Apple vía @macapuntes, @gizmodo_ES, @applesfera, @ticbeat, etc. Hoy en día no tienes un «CV.doc» guardado en «Mis Documentos» sino un perfil que has pulido detalladamente (y en dos idiomas mejor) en ‘LinkedIn’. Ya que lo menciono, más vale que lo tengas bien cuidado, porque no hay una segunda oportunidad para una primera impresión.
Si en este punto te he agotado con términos semi-desconocidos, es que todavía no has entrado en esta dinámica y estás a tiempo de controlarlo. Si, por el contrario, has esbozado una ligera sonrisa…pues…ya nos entendemos. Te gusta esto. Sabes que vives 10 veces más (en cuanto a relaciones sociales aunque sea a un nivel más superficial) que hace 15años. Te justificas con que has recuperado contactos que perdiste al terminar el colegio y con que te estás abriendo puertas. Y es cierto. Posiblemente seas un perfil joven. Has «nacido» con un PC en casa y este entorno es tan familiar para ti, como el parque donde jugábamos a fútbol lo era para mi generación hace 15-20 años. O igual no eres de la generación que piensa que España siempre ha ganado en los deportes, pero has cogido el tren antes de que se te haga tarde, consciente de que la evolución tecnológica no te va a pedir permiso para seguir avanzando exponencialmente.
Pero quiero que reflexiones acerca de lo siguiente: esta dedicación exhaustiva a tu ‘YO 2.0’; esta exposición 24/7 a un mundo intangible que te acerca a muchas personas de las que, en muchos casos, no te ha importado estar desvinculado durante años, ¿tiene algún efecto positivo en tu ‘YO 1.0’, en tu vida real? En dos preguntas:
- ¿Qué estás sacrificando para tener siempre actualizado tu perfil de Facebook, para mantener una reputación online intachable y para inspirar a tus followers en Twitter?
- ¿Cuál es el coste de oportunidad de mantener tu ‘YO 2.0’ frente a cuidar tus relaciones personales, tu ‘YO 1.0’?
La respuesta no puede ser nada, porque lo único que todas las personas de este mundo tenemos por igual son 24h al día.
Ya que os pido que le dediquéis unos minutos a esto, quiero ser el primero en dar la cara. Desde niño me he caracterizado por ser altamente sociable. Lo considero una forma de exprimir y aprender de la vida. así como una fuente constante de enriquecimiento. Conocer y tratar con personas es necesario para un crecimiento personal y de nuestra sociedad. Y digo de la sociedad, porque ésta necesita de nuevos líderes, gente que transmita, que encauce y mejore la situación que nos ha tocado vivir.
Así que, con mi perfil y siendo un enamorado de los ‘gadgets’, la tecnología… (soy «teleco» y me gusta) poco a poco entré en Facebook, Twitter, LinkedIn, Google+… siempre creyendo que «lo controlaba». Además, por mi forma de ser y trabajar, no me hacía cuentas por tener, sino para cuidarlas. Claro que he encontrado amigos a los que un día perdí la pista, profesionales de mi sector con inquietudes similares. Sin embargo, el otro día me dí cuenta de que tenía una llamada sin devolver desde hacía días a un muy buen amigo. No es grave. O ¿sí?
- No sería grave si también hubiese descuidado mis cuentas de Twitter y Facebook.
- No sería grave si no hubiese podido colgar las fotos de carnaval esperando los comentarios de mi entorno 2.0.
- No sería grave si no hubiese estado a la última en «techs» gracias a mi Twitter.
Pero eso no ha pasado. He colgado fotos, me he informado de todo lo que me interesaba, he estado al día del ‘muro’ de mis «amigos»…pero le debía una llamada a un amigo de verdad desde hacía varios días.
En este punto; ahora que están tan de moda las ‘Redes Sociales’, el ‘Social Media’, tu ‘YO 2.0’, eso a lo que tanto tiempo dedicamos algunos para dirigirnos virtualmente a otros; quiero compartir contigo las siguientes preguntas:
- ¿No se te ocurre ningún familiar que esté esperando darte un abrazo en lugar de saber de ti por Facebook?
- ¿Algún amigo de verdad que necesite compartir contigo un café y una buena conversación?
- ¿Estamos cuidando lo que tenemos lo suficiente comparado con cómo cuidamos eso que no tenemos tan cerca?
- ¿Tiene sentido?
Hoy ha sido su cumpleaños y me parecía el día idóneo para lanzar mi primera publicación. Aprovecho para felicitarte desde mi ‘YO 2.0’, pero primero ha ido mi llamada y te daré un fuerte abrazo en cuanto te vea, amigo. Salud.
Muy buen post. Ya tocaba q alguien usara un poco d sentido comun n esta mundo donde las gentes matan las tardes.
Sigue asi!
Me ha gustado el «»neologismo» : vida 2.0. Otro claro ejemplo de que más cantidad no es necesariamente mejor. Hay que cuidar la calidad de las relaciones personales. Y añadiría categoricamente: dar la cara.